04/07/2015 – BENEDICTO XVI GALARDONADO CON UN DOCTOR HONORIS CAUSA

BENEDICTO XVI

GALARDONADO CON UN DOCTOR HONORIS CAUSA

DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JUAN PABLO II

Y DE LA ACADEMIA MUSICAL DE CRACOVIA

EN CASTELGANDOLFO

Audio_Icon rat(Pincha en la imagen para escuchar al Papa Emérito Benedicto XVI)

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FUENTE: RADIO VATICANA ESPAÑOL

Benedicto XVI:

mi camino espiritual y teológico

sería inimaginable sin San Juan Pablo II

Estamos seguros de que San Juan Pablo II, que tanto apreció a su más cercano colaborador, Joseph Ratzinger, nos mira desde lo alto y se alegra por nuestro encuentro, señaló el Card. Stanislaw Dziwisz

Con su característica sabiduría, humildad, sencillez y humanidad, Benedicto XVI agradeció emocionado el doctorado honoris causa, conferido este sábado, por la Pontificia Universidad Juan Pablo II y por la Academia Musical de Cracovia, en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo.

En un acto solemne y al mismo tiempo profundamente entrañable y familiar, el Papa emérito Joseph Ratzinger, expresó su gran y cordial agradecimiento y recordó el ejemplo vivo de «nuestro gran santo Juan Pablo II», en lo que respecta a su camino espiritual y teológico, a la importancia de la música sacra y la sagrada liturgia, y sus lazos con Polonia:

«Me alegra sobre todo el hecho de que, de este modo, se vuelven aún más profundos mis lazos con Polonia, con Cracovia, con la patria de nuestro gran santo Juan Pablo II. Porque sin él mi camino espiritual y teológico no sería ni siquiera imaginable. Con su ejemplo vivo, él mostró cómo pueden ir de la mano, la alegría de la gran música sacra y la tarea de la participación común en la sagrada liturgia, la alegría solemne y la simplicidad de la humilde celebración de la fe».

Tras recordar, con la Constitución sobre la liturgia del Concilio Vaticano II, la importancia de conservar e incrementar el patrimonio de la música sacra, Benedicto XVI – que eligió, recordamos, como lema episcopal «Colaborador de la Verdad», reflexionó sobre «tres lugares», en los que brota la música.

La experiencia del amor, la experiencia de la tristeza y el encuentro con lo divino – con Dios vivo que, en Cristo viene hacia nosotros – dijo y recordó una vez más a su amado Predecesor:

«Si pensamos en la liturgia celebrada por San Juan Pablo II en cada continente, vemos toda la amplitud de las posibilidades expresivas de la fe en el evento litúrgico. Y vemos también cómo la grande música de la tradición occidental no es algo extraño a la liturgia, sino que nació y creció en ella y, de este modo, contribuye siempre de nuevo a darle forma. No conocemos el futuro de nuestra cultura y de la música sacra. Pero me parece  clara una cosa: donde realmente se verifica el encuentro con Dios vivo que, en Cristo viene hacia nosotros, allí nace y crece nuevamente también la respuesta, cuya belleza proviene de la verdad misma».

Destacó que para él la música sacra «es una demostración de la verdad del cristianismo», «lugar del encuentro con la verdad, con el verdadero Creador del mundo», «una realidad de rango teológico y de significado permanente para la fe de toda la cristiandad, aunque no es necesario que se ejecute siempre y por doquier».

«La actividad de las dos universidades que me confieren este doctorado honoris causa – a las que agradezco de corazón – representa una contribución esencial para que el gran don de la música, que proviene de la tradición de la fe cristiana permanezca vivo y ayude para que la fuerza creativa de la fe no se extinga en el futuro. Por ello agradezco de corazón a todos ustedes, no sólo por el honor que me han reservado, sino también por todo el trabajo que desarrollan al servicio de la belleza de la fe. Que el Señor los bendiga a todos ¡Alabado sea Jesucristo!».

Por su parte el Card. Dziwisz, Metropolitano de Cracovia y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Juan Pablo II puso de relieve la «gran alegría de todos por este encuentro insólito» y la gratitud de la Iglesia de Cracovia a Benedicto XVI por su servicio pontificio y su cercanía.

Haciendo hincapié en que la Pontificia Universidad Juan Pablo II, erigida por el Papa Ratzinger y la Academia Musical de Cracovia han decidido expresar su gratitud colectiva con el doctorado honoris causa, el que fuera secretario de Karol Wojtyla, puso de relieve lo excepcional de este momento:

L'Osservatore Romano

L’Osservatore Romano

«La aceptación, de forma excepcional de esta distinción, la consideramos como signo de estima, que Su Santidad siempre nutrió hacia San Juan Pablo II. Él personalmente – el Papa santo – siempre sintió plena gratitud hacia su colaborador más cercano – el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. ¡Estamos seguros de que ahora él nos mira desde lo alto y se alegra por este encuentro nuestro!


FUENTE: Radio Vaticano Italiano

AUTOR: Alessandro De Carolis

 La gran música sacra «no puede separarse de la Liturgia» como pide el Concilio Vaticano II, y su presencia «puede ser un modo muy especial de participar en la celebración sagrada». Es el auspicio expresado por el Papa Emérito Benedicto XVI, que en Castel Gandolfo, ha sido galardonado con un Doctor Honoris Causa de la Pontificia Universidad «Juan Pablo II» y de la Academia Musical de Cracovia, confierido por el Cardenal Arzobispo de la ciudad polaca, Stanislaw Dziwisz.

Amor y muerte y Dios. Es el encuentro de las máximas experiencias humanas con lo divino que brota de la música más alta. Alta como la gran música sacra occidental -aquella de Mozart, Bacht y de otros sumos maestros- que poseen un arte único e inspirador para captar la «verdad» de Dios mismo.

Los tres «lugares» de la música

Las  convicciones del magisterio de Benedicto XVI, que ha pasado a la historia por su indiscutbile espesor teológico, resuenan claramente como siempre pero con un eco magnificado, posiblemente, por el silencio de los ultimos dos años, roto de vez en cuando por alguna fugaz imagen pública del Papa Emérito, sin embargo privadas de palabras.

En esta ocasión las palabras del Papa Benedicto vuelven a escena para cantar, por así decirlo, la belleza de la música y los «tres lugares» donde dice, se origina. El primero, afirma, es «la experiencia del amor» que abre al ser humano «una nueva grandeza y alcance de la realidad«. El segundo lugar de la música, opuesto, es «la experiencia de la tristeza, el ser tocado por la muerte, por el dolor». El tercer lugar «es el encuentro con lo divino»:

«Tal vez es posible afirmar que en realidad en los otros dos ámbitos -el amor y la muerte- el misterio divino nos toca y, en este sentido, está siendo tocado por Dios que es la fuente total de la música (…) se puede decir que la calidad de la música depende de la pureza y de la grandeza del encuentro con lo divino, con la expriencia del amor y del dolor. Cuanto más pura y verdadera es esta esperienza, tan más pura y grande será también la música que nace y crece».

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Antiguo conflicto

Delegaciones de la Pontificia Universidad «Juan Pablo II» y la Academia de Música de Cracovia -han llegado Castel Gandoldo para condecorarlo con el Doctor Honoris Causa- Benedicto XVI recuerda como con la reforma conciliar fue renovado «el antiguo conflicto» entre los partidarios de la música sacra en la Liturgia y los defensores de la participación activa de los fieles en la celebración de la fe en su mayor simplicidad, incluso musical. Para Benedicto XVI, la Liturgia celebrada por san Juan Pablo II en todos los continentes, demostró «la amplitud de las posibilidades expresivas de la fe en el evento litúrgico» y, asimismo, que la «gran música de la tradición occidental no es ajena a la liturgia, sino que, nace y crece en ella». Y con un valor, añade, sin comparación:

«En el ámbito de las más diversas culturas y religiones está presente una gran literatura, una grande arquitectura, una gran pintura y grandes esculturas. Y en todas ellas hay música. Sin embargo, en ningún otro ámbito cultural existe una música con la grandeza a la establecida en el contexto de la fe cristiana: de Palestrina a Bach, a Händel, hasta Mozart, Beethoven y Bruckner. La música occidental es algo único, que no tiene igual en otras culturas. Esto debe hacernos pensar»

Música de carácter teológico

«No conocemos el futuro de nuestra cultura y de nuestra música sacra. Pero una cosa está clara -afirma Benedicto XVI- : donde realmenente sucede el encuentro con el Dios vivo que en Cristo vino a nosotros, nace y crece nuevamente la respuesta, la belleza proviene de la verdad misma»:

«Esta música, para mí, es una demostración de la verdad del cristianismo. Mientras se desarrolla una respuesta así, sucede el encuentro con la verdad, con el verdadero creador del mundo. Por esto, la gran música sacra es una realidad de rango teológico y de significado permanente para la fe de toda la cristiandad, incluso si no ocurre en cualquier momento y lugar. Por otro lado, sin embargo es también claro que no puede desaparecer de la liturgia y que su presencia puede ser un modo especial de participación en la celebración sacra, en el misterio de la fe».


(Radio Vaticano English)

Papa Emérito Benedicto XVI ha recibido el Doctorado Honoris Causa el sábado desde la Universidad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia y de la Academia de Música de Cracovia. El motivo de los honores emitidos por el Senado Académico de la Universidad lo especifica en cinco contribuciones que el Papa Benedicto ha hecho al conocimiento y la cultura:

  • su gran respeto por la tradición musical de la Iglesia y notable sensibilidad a la música de la fe;
  • la manifestación a lo largo de toda su vida por una constante preocupación especial por la noble belleza de la música sagrada y en concreto en la celebración de los ritos litúrgicos sagrados de la Iglesia;
  •  su constante insistencia en la importancia didáctica de la via pulchritudinis – el camino de la belleza – que puede convertirse en una forma de conocer y adorar a Dios para el hombre moderno;
  • su compromiso de por vida a la verdad, lo que fortalece la fe cristiana en tiempos de confusión espiritual causada por el liberalismo, el posmodernismo y el relativismo,
  •  y sus incansables esfuerzos para restaurar la dimensión espiritual de Europa; su amable apoyo a la labor de transformar las escuelas de la Academia Pontificia de Teología dentro de la Universidad Pontificia Juan Pablo II.

En el discurso preparado para la ocasión, y entregado el 4 de julio en Castel Gandolfo, el Papa emérito Benedicto XVI, «En la Constitución sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II, [Sacrosanctum Concilium], está escrito muy claramente: ‘El tesoro de la música sacra es para ser preservado y fomentado con gran cuidado. (114) «Por otra parte, el texto destaca la participación activa de los fieles en la acción sagrada como una categoría litúrgica fundamental. Esas dos cosas, que en el texto de la Constitución permanecen juntos y en paz unos con otros, se encontraban en la implementación del Consejo, a menudo en una relación de tensión dramática. Áreas significativas del Movimiento Litúrgico creían que, en el futuro, no habría espacio para las grandes obras corales e incluso para las Misas orquestales solamente en salas de concierto, no en la liturgia. [En la liturgia], podría haber espacio sólo para el canto y la oración común de los fieles. Por otro lado, hubo conmoción por el empobrecimiento cultural de la Iglesia como resultado de esto. ¿Cómo conciliar los dos? Cómo implementar el Consejo en su totalidad? Estas fueron las preguntas que fueron particularmente llamativas para mí y a muchos otros creyentes, a la gente sencilla, no menos que a las personas en posesión de una educación teológica «.

El Papa emérito continuó diciendo, «En este punto, tal vez sea conveniente que nos hagamos la pregunta más profunda: ¿qué es realmente la música? ¿Dónde aparece y hacia donde tiende? «Él postuló tres bases de donde surge la música:

  • la experiencia del amor;
  • la experiencia del dolor, de haber sido afectado por la muerte, por el dolor, y por los abismos de la existencia;
  • el encuentro con lo divino, que desde el principio es parte de aquello que define al hombre.

«No sabemos lo que va a ser el futuro de la música sacra», concluyó el Papa emérito Benedicto XVI, «pero una cosa es clara: allí donde el encuentro con el Dios vivo, que en Cristo se acerca a nosotros realmente ocurre, no nace de nuevo y allí crece la respuesta, la belleza de la que surge de la verdad misma «.

Publicado el 4 julio, 2015 en NOTICIAS y etiquetado en , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

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