URBISAGLIA RECIBE AL PADRE GÄNSWEIN

Homilía de Su Excelencia Mons. Gänswein, Iglesia de San Lorenzo en Urbisaglia

El hombre puede perder mucho. Las llaves, el dinero, el carnet de identidad… Podemos perder la salud, podemos perder la confianza e incluso el hombre puede perderse a sí mismo. El hombre puede perderse a sí mismo con las prisas de la vida cotidiana o una decadencia moral. Pero aún no hay un hombre del todo perdido mientras vive. Porque Dios lo busca, lo búsca como al pastor o a la mujer del Evangelio de hoy, y Dios lo está esperando como el padre de la parábola.

Y éste es el feliz mensaje.  Jesús anuncia la bondad incomprensible y el amor de Dios. Dios busca lo que está perdido o que parece haberse perdido. No juzga, pero busca. Lo comprendemos a través de la parábola del Evangelio de hoy.

En el centro está la búsqueda y también la alegría. La alegría de cuando alguien es encontrado, la alegría cuando alguien lo encuentra, la alegría cuando uno regresa.

En el Evangelio aparece primero un pastor con sus amigos y les dice: ‘«Alegraros conmigo pues encontré las ovejas». La mujer que va a junto sus amigos: «regocijaros porque he encontrado  la moneda» y por último, un padre que llama a sus siervos y les dice: «Hagamos una fiesta porque este mi hijo, estaba muerto y ha vuelto a la vida».

Hay tres maneras de expresar el mismo estado de ánimo, la alegría de Dios cuando él encuentra a sus hijos que estaban perdidos. Y me gustaría imaginar que la alegría de Dios que estalla en cada Misa, todos los domingos. , porque Dios nos encuentra y lo celebra.

Y podemos comparar al Señor con aquel Padre de la parábola que desde lo alto de la casa mira hacia  la calle y en cuanto nos ve venir, al igual que el hijo que regresaba, llega hasta la puerta para reunirse con nosotros y abrazarnos.

La Sagrada Liturgia se abre con el abrazo de Dios. Es hora de perdonar, estamos cubiertos de misericordia y se podría decir que el domingo es todo, la fiesta del abrazo de Dios, la fiesta de la misericordia. Una misericordia que es rara encontrar en el mundo donde a menudo escasea el perdón y la misericordia más bien es la afirmación de hacer valer sus derechos y la insensibilidad del perdón.

La Sagrada Liturgia empieza con el abrazo de Dios en el momento del perdón, inmediatamente somos investidos de misericordia y se podría decir que el domingo, es la fiesta del abrazo de Dios, la fiesta de la gran misericordia. Una misericordia que es rara encontrar en el mundo en el que tantas veces se llega a la falta de perdón y misericordia aún más.

Más bien, es la afirmación de sí mismos para reclamar sus derechos y la falta de sensibilidad del perdón.

Los dos hijos de la parábola, son mezquinos y egoístas. Uno podría decir: pobre padre con esos dos hijos.

Lo tenían todo: un padre rico con una gran casa, criados dedicados a ellos, posesiones que disfrutar… Lo tenían todo pero algo en común. Prefieren su mezquindad. El más joven dice: Dame la parte de mi herencia.

Prefiere una parte al todo. En ese joven como a menudo nos pasa a todos nosotros, hay una cierta incomodidad habitual. Esa incomodidad de no ser dueños absolutos de sí mismos y las pertenencias.

«Dame lo que me espera» es un estribillo diario de los jóvenes alejados que viven en el derroche.

En el contexto del Evangelio, la expresión libertinaje, más que un comportamiento inmoral significa la volutad de hacer las cosas sin escuchar a nadie. En pocas palabras, vivir solo lejos del Padre.

Pero comportandose así, aquel joven, se encontró haciendo de porquero.

Igual de egoísta es su hermano mayor. Tan pronto como los siervos le informaron del motivo de la fiesta estaba enfadado con su padre y no quería asistir. Rechaza la celebración e incluso se niega a la misericordia.

Prefiere un pequeño berrero para él a cualquier becerro gordo, renuncia a esa mesa del comedor con su hermano y con todos los demás. Parece extraño que no te dejes abrumar por esa parte, pero sucede cada vez que desea que el partido sólo para sí mismos. El padre dice que todo lo que es mío es tuyo, pero el primogénito prefiere mantenerse al margen, solo y triste. Parece increíble pero es triste porque su padre tenía una fiesta. Estos dos hijos no están lejos de nosotros, viven en el corazón de cada uno de nosotros.

Comparte el mismo deseo de tenerlo todo para sí mismo. Exactamente lo contrario de lo que quiere el padre, pero el deseo de poseer por sí sola no conduce a la alegría, sino a la tristeza.

Pero lo que más cuenta es la posibilidad de volver a sí mismos, a darse cuenta de la tristeza de su condición de levantarse y volver a la casa de su padre. Basta con encontrar sólo las palabras del Evangelio de la misericordia de Dios que parece infinitamente más grande que nuestro pecado.

Casi no hay ningún texto del Papa Francisco en el que no habla de la misericordia de Dios. Debemos abrir nuestro corazón a Dios, es decir, a su misericordia. Y esto es lo que nos da la fuerza para levantar y continuar el camino hacia el Señor.

No es un juez, sino un padre que viene al encuentro como un padre misericordioso que nos abraza.

El domingo, todos los domingos, el domingo es el día bendecido para regresar a la Santa Misa que celebramos, que viene al encuentro y nos aleja de toda nuestra tristeza, nuestros pecados.

El domingo agranda el corazón, cae nuestros muros internos y abre las puertas de la mente, hace ver hacia lo lejos del mundo, hacia los pobres, el domingo es tan amplio como amplia es la misericordia de Dios

Y el domingo es rico sin mentes intolerantes, pleno de los más hermosos sentimientos de nuestros instintos triviales y evidentes.

El domingo es el día santo en el que Dios nos hace a los hombres y mujeres más felices y más alegres.

El antiguo himno compuesto por San Juan Crisóstomo, obispo, cuya memoria celebramos hace dos días, canta:

«Si uno es amigo de Dios goza de esta fiesta hermosa y radiante.
Los que  han trabajado y los que no lo hicieron,
los que están en paz y los que sufren,
los que se han ido por mal camino y los que han estado en su casa,
los que están agobiados y los que se alivian,
Todos los que vengan serán bienvenidos,
serán felices. La Sagrada Liturgia es una fiesta, es el perdón, y abrazar el amor de Dios para todos. «

Que así sea, Amén.

ITALIANO: Ogni domenica Dio ci ritrova e fa festa: L’omelia dell’arcivescovo Gänswein ad Urbisaglia

Misa y visita a la residencia de ancianos

Antes de la Misa, Mons. Georg Gänswein hizo una breve visita a la residencia de ancianos donde fue recibido con aplausos de losmayores, a quienes saludó e impartió su bendición.

En su Homilía sobre la parábola del Hijo Pródigo, hizo hincapié en que el Señor está siempre cercano a nosotros incluso cuando nos alejamos de Él. La Santa Misa fue concelebrada con el párroco Don Marino Migliori en la iglesia de San Lorenzo en Urbisaglia. El Prefecto de la Casa Pontificia y Secretario personal del Papa Emérito Benedicto XVI, fue recibido final de la misa por un verdadero baño de multitudes.

Urbisaglia abraza al Padre Georg: «Transmitiré vuestro saludo a los Papas»

«Tanto al Papa Benedicto como al Papa Francisco, porque con el primero convivo y con el segundo trabajo»

Macerata, 15 de septiembre de 2013

«Transmitiré vuestro saludo tanto al Papa Benedicto como al Papa Francisco, porque convivo con el primero pero trabajo con el segundo». Así Monseñor Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y Secretario Personal del Papa Emérito Benedicto XVI, esta mañana en Urbisaglia, la antigua Diócesis de la cual fue nombrado Arzobispo titular.

Después de saludar al alcalde, Roberto Broccoli, el Padre Georg visitó el Museo de la ciudad y la casa de retiro.  Después celebró Misa en la iglesia de San Lorenzo. Pero fue en la Piazza della Repubblica, donde le esperaba un aperitivo, que Monseñor Ganswein recibió una calurosa acogida.

El retorno del Padre Georg: «Vine aquí cuando estudiaba»

El Prefecto de la Casa Pontificia visita la ciudad.  El domingo recibirá el título episcopal que le concedió Benedicto XVI.

Macerata, 14 de septiembre de 2013

Primero Macerata, luego Urbisaglia. Las «dos jornadas» del Padre Georg Gänswein se inicia desde la capital,  donde se reunió con el obispo Claudio Giuliodori, luego asistió al concierto organizado por Banca del Tempo en la iglesia de San Filippo. «No es la primera vez que vengo a Macerata: la visité hace 23 años cuando estaba estudiando italiano en Perugia», dijo antes de asistir al evento. Mañana el Padre Georg estará en Urbisaglia donde recibirá el título Episcopal de Benedicto XVI.

Imágenes: Guido Picchio, ANSA, desconocido

14 settembre

GALERIA FOTOGRAFIA OFICIAL: http://www.diocesimacerata.it/component/phocagallery/category/102-2013-09-14-concerto-in-onore-di-s-e-mons-georg-gaenswein.html

ENLACES DE INTERÉS:

http://www.ilrestodelcarlino.it/macerata/cronaca/2013/09/14/950198-padre-georg-ganswein-urbisaglia.shtml

Padre Georg affascinato da Macerata

http://www.corriereadriatico.it/marche/marche_padre_georg_a_urbisaglia_vivo_con_un_papa_lavoro_per_francesco/notizie/326379.shtml#

http://www.kath.net/news/42837

Publicado el 17 septiembre, 2013 en HOMILIAS MONS. GÄNSWEIN y etiquetado en , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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