Archivos diarios: 12 agosto, 2013

13/08/2013 – VÍSPERAS: Martes de la semana XIX del Tiempo Ordinario.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO
Estoy, Señor, en la ribera sola
del infinito afán. Un niño grita
entre las olas, contra el viento yermo:

a través de la nada,
van mis caminos
hacia el dolor más alto,
pidiendo asilo.

La espuma me sostiene,
y el verde frío
de las olas me lleva
pidiendo asilo.

Hacia el amor más alto
que hay en mí mismo,
la esperanza me arrastra,
pidiendo asilo.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Amén.

Antífona 1: El Señor rodea a su pueblo.

SALMO 124: El Señor, vela por su pueblo
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.

Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.

No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.

Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: El Señor rodea a su pueblo.

Antífona 2: Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

SALMO 130: Abandono confiado en los brazos de Dios
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Antífona 3: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

CÁNTICO: Himno de los redimidos
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE: (Rm. 12, 9 -12)
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

RESPONSORIO BREVE:
V. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra; Señor, es eterna, más estable que el cielo.

Antífona Magnificat: Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.

MAGNIFICAT:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el todo poderoso ha hecho obras grandes en mí,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Magnificat: Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.

PRECES
Invoquemos a Dios, que ha infundido la esperanza en nuestros corazones, y digámosle:
Tú eres la esperanza de tu pueblo, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque, en Cristo, tu Hijo, hemos sido enriquecidos en todo:
—en el hablar y en el saber.
En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
—dales, pues, acierto en sus decisiones, para que te sean gratos en su pensar y obrar.
Tú que concedes a los artistas inspiraciones para plasmar la belleza que de ti procede,
—haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
Tú que no permites que la prueba supere nuestras fuerzas,
—da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Tú que, por boca de tu Hijo, nos has prometido la resurrección en el último día,
—no te olvides para siempre de los que ya han sido despojados de su cuerpo mortal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

PADRE NUESTRO

ORACIÓN:
Te rogamos, Señor, que el glorioso martirio de tus santos aumente en nosotros los deseos de amarte y fortalezca la fe en nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

13/08/2013 – LAUDES: Martes de la semana XIX del Tiempo Ordinario.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO
Señor, el día empieza. Como siempre,
postrados a tus pies, la luz del día
queremos esperar.
Eres la fuerza
que tenemos los débiles, nosotros.

Padre nuestro,
que en los cielos estás, haz a los hombres
iguales: que todos al que gime
den consuelo; que todos, al que sufre
del hambre la tortura, le regalen
en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás; que nunca emerjan,
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.

Luz, Señor, que ilumine las campiñas
y las ciudades; que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos, envuelva
luz inmortal; Señor, luz de los cielos,
fuente de amor y causa de la vida.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Amén.

Antífona 1: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

SALMO 84. Nuestra salvación está cerca
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.

Restáuranos, Dios Salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?

¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia,
y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón».

La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;

La fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Antífona 2: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

CÁNTICO: Himno después de la victoria sobre el enemigo
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:

La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.

Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Antífona 3: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

SALMO 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

LECTURA BREVE: (I° Jn. 4, 14 -15)
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.

RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, peña mía, refugio mío.
R. Dios mío, peña mía, refugio mío.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. Refugio mío.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, peña mía, refugio mío.

Antífona Benedictus: El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predico por boca de sus profetas.

CÁNTICO DE ZACARÍAS
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que libres de temor,
arrancados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas,
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Benedictus: El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predico por boca de sus profetas.

PRECES
Adoremos a Cristo que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día,
—y haz que no deje nunca de glorificar tu majestad.
Que nunca, Señor, quedemos confundidos
—los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
—ya que sin ti no podemos hacer nada.
Acuérdate de los pobres y desvalidos;
—que el día que hoy empieza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

PADRE NUESTRO

ORACIÓN:
Te rogamos, Señor, que el glorioso martirio de tus santos aumente en nosotros los deseos de amarte y fortalezca la fe en nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

13/08 – SAN PONCIANO E HIPÓLITO

 

Al llegar Ponciano a la Cátedra de Pedro en el año 230, encontró a la Iglesia dividida por un cisma, cuyo autor era el sacerdote Hipólito, que se había erigido en jefe de una comunidad disidente. El año 235 estalló la persecución de Maximiano y el emperador mandó que arrestasen a los dos obispos y les condenó a trabajos forzados. Entonces, Ponciano e Hipólito renunciaron a su cargo. Deportados a Cerdeña, se unieron en una misma confesión de fe, y no tardaron en encontrar la muerte. Después de la persecución, el papa Fabián (236-250) pudo llevar a Roma los cuerpos de ambos mártires.

CALENDARIOS concretos del día en España:
Burgos: Santa Centola, virgen y mártir (MO).
Urgell: Beato José Tapies y compañeros presbíteros, mártires (MO).
HH. de las Escuelas Cristianas: San Benildo Romançon, religioso (MO).
Orden Premonstratense: Santa Gertrudis, virgen (MO).
Barbastro-Monzón, Claretianos y Claretianas: Beato Felipe de Jesús Muñárriz y compañeros mártires (ML).
Cartagena: Beato José Pavón Bueno, presbítero y mártir (ML).
Girona: Beato Jaime Falguerona y compañeros mártires (ML).
Lleida: Beato José María Ormo y compañeros mártires (ML).
Solsona: Beato Antonio Dalmau Rosich y compañeros mártires (ML).
Tarazona: Beato Juan Sánchez y compañeros mártires (ML).
Tarragona: Beato Tomás Capdevila y compañeros mártires (ML).
Vic: Beato Pedro Cunill y compañeros mártires (ML).
Zaragoza: Beato Rafael Briega Morales y compañeros mártires (ML).
Canónigos Regulares de Letrán: San Meinardo, obispo (ML).
Dominicos: Beato Aimon Taparelli, presbítero (ML).
Marianistas: Beato Jakob Gapp, presbítero y mártir (ML).
Monfortianos: María, Refugio de los pecadores (ML).

MARTIROLOGIO del día:
Santos mártires Ponciano, papa, e Hipólito, presbítero, que fueron deportados juntos a Cerdeña, y con igual condena, adornados, al parecer, con la misma corona, fueron trasladados finalmente a Roma, Hipólito, al cementerio de la vía Tiburtina, y el papa Ponciano, al cementerio de Calisto (c. 236).
2. En Foro Cornelio (hoy Imola), en la provincia de Flaminia, san Casiano, mártir, que, habiéndose negado a adorar a los ídolos, fue entregado a manos de niños, a los que enseñaba como maestro, para que le torturaran con sus punzones hasta la muerte y así resultara tanto más duro el dolor de su martirio, cuanto más débiles eran las manos que le torturaban (c. 300).
3. En Lyon, de la Galia, san Antíoco, obispo, que, cuando todavía era sólo presbítero, fue a visitar a su obispo san Justo, que moraba por entonces en el desierto de Egipto (c. 500).
4. En Poitiers, de Aquitania, santa Radegunda, reina de los francos. Cuando todavía vivía su esposo, el rey Clotario, recibió el velo sagrado de religiosa, y en el monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, que ella había mandado construir, sirvió a Cristo bajo la Regla de san Cesáreo de Arlés (587).
5. En la fortaleza de Schemaris, en la ribera del Hippi, en las montañas del Cáucaso, muerte de san Máximo el Confesor, abad de Crisópolis, cerca de Constantinopla, célebre por su doctrina y su celo por la verdad católica. Habiendo luchado con valentía contra los monoteletas, el emperador herético Constante le cortó la mano derecha y, después de una dura prisión y crueldades de todo tipo, lo desterró en compañía de dos discípulos, llamados Anastasio ambos, a la región de Lazica, en donde entregó su alma a Dios (662).
6. En Fritzlar, en Hesse, de Austrasia, san Vigberto, presbítero y abad, al que san Bonifacio encomendó el cuidado del monasterio del lugar (c. 739).
7. En el monasterio de Altenberg, en la región de Wetzlar, en Alemania, beata Gertrudis, abadesa de la Orden Premostratense, que, siendo todavía una niña, fue ofrecida a Dios por su madre santa Isabel, reina de Hungría, en este lugar (1297).
8. En Killmollock, de Irlanda, beatos Patricio O’Healy, obispo de Meath, y Connon O’Rourke, presbítero, ambos de la Orden de los Hermanos Menores, que por su condición de sacerdotes, puesta de manifiesto públicamente, fueron condenados a muerte y ejecutados en el patíbulo (1579).
9. En Warwick, en Inglaterra, beato Guillermo Freeman, presbítero y mártir, que, condenado a muerte durante el reinado de Isabel I tan solo por el hecho de ser sacerdote, frente al patíbulo entonó el himno Te Deum y, con ánimo decidido, se adelantó al lugar del martirio (1595).
10. En Roma, san Juan Berchmans, religioso de la Compañía de Jesús, que, amadísimo por todos por su sincera piedad, caridad auténtica y alegría constante, murió alegre después de una breve enfermedad (1621).
11. En Viena, en Austria, beato Marcos de Aviano (Carlos Domingo) Cristofori, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Sapiente predicador de la palabra de Dios, se interesó de modo extraordinario por los pobres y enfermos, y suscitó en los poderosos la voluntad de actuar según la fe y la paz por encima de todo (1699).
12. En el brazo de mar que se extiende frente a la costa de Rochefort, en Francia, beato Pedro Gabilhaud, presbítero y mártir, que, por ser sacerdote, fue retenido durante la Revolución Francesa en una nave convertida en cárcel, donde murió consumido por el hambre y la enfermedad (1794).
13. En el lugar de Sangues, cerca de Annecy, también en Francia, san Benildo (Pedro) Romançon, del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que dedicó su vida a la formación de los jóvenes (1862).
14. En Barbastro, cerca de Huesca, en la región de Aragón, en España, beatos Secundino María Ortega García, presbítero, y diecinueve compañeros, mártires. Eran religiosos de la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María y, en el furor de la persecución contra la Iglesia, sufrieron la muerte por el odio contra la vida consagrada (1936).
15. En la población de Almazora, cerca de Castellón, en la región de Valencia, beato Juan Agramunt, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir durante la misma persecución (1936).
16. En Berlín, en el lugar llamado Plötzensee, en Alemania, beato Jacobo Gapp, presbítero de la Compañía de María y mártir, que, con firmeza de ánimo, proclamó que los criminales proyectos de un régimen militar enemigo de la dignidad humana y cristiana estaban en total desacuerdo con la doctrina cristiana. Por ello, sometido a persecución, se dirigió a Francia y España en calidad de desterrado, pero, apresado por unos emisarios, murió finalmente decapitado (1943).
17. Cerca de la aldea de Albocásser, en el territorio de Castellón, en España, beato Modesto García Martí, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que en la persecución contra la fe evangélica completó con el martirio su plan de vida (1936).
18. En Barcelona, también en España, beato José Bonet Nadal, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que durante la misma persecución consumó su combate por la fe (1936).

13/08/13 – EVANGELIO: Martes de la decimonovena semana del Tiempo Ordinario.

PRIMERA LECTURA
Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir al pueblo en la tierra

Lectura del libro del Deuteronomio 31, 1-8
Moisés dijo estas Palabras a los israelitas:
-«He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además, el Señor me ha dicho: «No pasarás ese Jordán.» El Señor, tu Dios, pasará delante de ti. Él destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos. Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor. El Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og, y como a sus tierras, que arrasó. Cuando el Señor os los entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado. ¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza a tu lado, no te dejará ni te abandonará.»
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel:
-«Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad. El Señor avanzará ante ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes.»

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Dt 32, 3-4a. 7. 8. 9 y 12
R. La porción del Señor fue su pueblo.
Voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca,
sus obras son perfectas. R.
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre, y te lo contará,
a tus ancianos, y te lo dirán. R.
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios. R.
La porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.
El Señor solo los condujo,
no hubo dioses extraños con él. R.

EVANGELIO
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
-«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»

Palabra del Señor.